El pasado 26 de abril se llevó acabo por segunda ocasión un evento de cine en el lago mayor de Chapultepec. Con motivo del Día del Niño, Cinema Coyote invitó a ver “Una historia sin fin” desde las lanchas que ahí se rentan. La cita era a las 8:00 de la noche pero la gente se formó en la taquilla desde las 3:00 de la tarde para garantizar un lugar. A pesar de ser un evento gratuito, la renta de las lanchas corrió por parte del espectador. Los boletos de $100 para dos personas y $200 para cuatro se acabaron pronto. Había también la opción de rentar una silla a la orilla del lago por $25.

Como era de esperarse,algunas personas no dejaron de manifestar su inconformidad al no conseguir boleto; con justa razón. Se trataba de un evento que generaba mucho interés pero pecaba de un cupo muy limitado. En lancha había alrededor de 450 personas pero en la playa otros cientos de personas que lograron evadir la estricta valla policiaca se encimaban entusiasmados por ser parte del evento.

La frustración reinaba entre los espectadores. Aun cuando amigos y familiares le esperaban dentro, a mucha gente se le prohibió el acceso a la entrada del parque bajo pretexto de que ya no había boletos. Las personas que ya estaban dentro discutían al teléfono para encontrarse los unos a los otros en el mar de gente. Al rededor del lago se discutía con desconocidos por asientos lodosos. Empezaba el hambre y no había ya donde comprar un refrigerio. Las opciones era aún más escasas para los que desde las 7:30 habían subido a la lancha.

Dieron las 8:45 sin que comenzara la película supuestamente esperando que terminara el ocaso. Para este punto el público se mostraba ansioso y fastidiado por la lista de reproducción de música infantil que ya había dado la vuelta. Los chiflidos, aplausos y abucheos no se hicieron esperar.

Muchas cuestiones demeritan la experiencia. El frio del agua te hiela los huesos, los moscos te comen vivo, el movimiento constante del agua te marea. Sin importar la buena calidad de la proyección y del audio, girar sin control fuera de tu lugar y pelear por que no te empujen desconcentra mucho y deja de ser divertido después de la primera hora. Ir al baño es un problema. Esta uno todo el tiempo preocupado de si alcanzara metro. Al terminar todos quieren desembarcar a la vez y la salida es sola y obscura.Las funciones infantiles no pueden empezar tan tarde. Una noche de cine en lancha, es solo una experiencia.

Deja un comentario