En los últimos días nos sorprendió la iniciativa de leyes secundarias a la reforma en telecomunicaciones, que el señor presidente Enrique Peña Nieto y su gabinete presentaron el pasado 22 de mayo de 2013.
Esta “reforma” que trataba de regular los contenidos de los grandes monopolios y medios alternativos de comunicación, dio un giro drástico a la libertad de comunicación y expresión, que hoy en día el internet nos permite difundir; todo esto con el fin de no hacer “uso indebido” de dicha herramienta de comunicación.
También iniciativa, promueve y obliga a los proveedores proporcionar información de usuario y su geolocalización, si es que la “seguridad nacional” lo demanda, se podría denegar el acceso a la señal de internet en ciertos sectores, donde, el estado pedía la caída de la misma.
Con esta iniciativa pintada de “reforma”, es un agravio directo al derecho de cada uno sobre su libertad de expresión. Cada vez que el estado “considere” inoportuno dichos contenidos, podrá suprimirlos; así como buscar a su emisor, utilizando sus datos y ubicación, para el rastreo de este.
Esto atenta claramente, contra la libertad, garantias y difusión de los contenidos de cada individuo. Sería un retroceso en nuestro país, que busca unicamente control, de un gobierno fascista, que se ajusta actualmente al estado. Y todo con la consigna de un México más moderno y seguro (¿les suena conocido?). El Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha querido, de una manera muy ventajosa de censurar el internet, pero realizando un ritual para volver legal, una ilegalidad.
Con esto se beneficiaran las grandes empresas de telecomunicación, dándoles a ellos el poder de dar la información que el estado, claro esta, les administre; dándole así, la ventaja en comunicación, matando dos pájaros de un tiro…
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Por Alejandro Guzman