¿Son o no son?, ¿están o no están? y si están ¿es mejor estar adentro que afuera?… en fin, las incógnitas son muchas, lo más seguro es que están jugando, hablan acerca de que el enamoramiento y la ficción son muy parecidos pero, ¿por qué?

No, no es la tragedia amorosa de Romeo, Julieta y su amor imposible; es un debate que no parece tener final, cada persona tiene diversas maneras de amar y ser amado, las cosas del amor no son universales. Todo comienza cuando tres personas, dos ellas y un él, comienzan marcando un circulo en el piso, se observan las nubes marcadas dentro del círculo, esas nubes son los suspiros de Romeo…

Se compara el amor y el problema existencial con una manzana, no sabes si dentro del círculo es mejor que afuera, dentro te sientes con vida pero de ante mano sabes que la vida también está fuera de esa figura trazada en el piso. El juego parece divertido, personas hablando de lo complicado que es el concepto “amor”, aquel que muchas veces es dogmático y en el que muchos a la vez no creen.

Exponen el porqué de ciertas cosas interpretadas como amor, la monogamia, poligamia, el respeto a nosotros mismos y a nuestra pareja; te atrapan con la manera tan íntima en la que se desarrolla la obra utilizando sólo su talento actoral y un gis blanco. Así como en toda relación, en la obra se viven momentos de tensión, momentos incómodos, la interacción es tal que te vuelves un actor más del drama sin darte cuenta.

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