El pasado viernes 24 de abril, el Plaza condesa fue testigo de una noche épica para la banda de originaria Montevideo, Uruguay, No te va a gustar. La calurosa noche se convirtió en fiesta durante las poco más de dos horas de concierto en las que el publico no paro de cantar y bailar las más de treinta canciones.

Tras un retraso de media hora, las luces del plaza se apagaron. En su lugar, el sonido de un reloj, un leve “tic tac”, comenzó a percibirse en el auditorio; de a poco, en la pantalla se podía apreciar un reloj, el mismo que aparece en la portada de octavo álbum de estiudio: El tiempo otra vez avanza. Seguido a esto, la banda subió al escenario liberando un mar de aplusos y ovaciones por parte de los asistentes.

Continuando con su gira “Viajando sin espada”, después de presentarse en Puebla la noche anterior, el show comenzo con “Su sombrero”, sucesivamente animaron al público con “Cero a la izquierda”, “Al vacio” y “A las nueve”. “Buenas noches amigos míos, que alegía volver a recibir este cariño” fueron las palabras que Emiliano Brancciari, vocalista de la banda, uso para saluar a auditorio. En consecuencia, el plaza estalló en euforia.

Los sudamericanos presentaron “Detrás del cerro” y “Alba”, temas incluidos en su nueva producción, que, al igual que sus grandes éxitos, fueron recibidos con impetu.

Mientras que la gente se animaba y disfrutaba la noche, la banda no tardo en notar esta inmensa alegría, misma que, sin lugara a dudas, compartían. Tras un grito de Emiliano (“Prende fuego México”) la banda continúo con “Mi demente” y concreto un vínculo con el público.

Alcanzado un momento de tranquilidad y comunión, la noche se tronó un poco más sensiblera, el momeno perfecto para homenjear a su compatriota Eduardo Galeano con el tema “Memorias del olvido”. En el mismo tono, sonaron “Ese maldito momento” y “Clara”, seguidas por “La puerta de atrás”, “Verte reir” y “Paranoia”, su último sencillo.

De igual manera, la banda rindió homenaje a Marcel Curuchet, anterior tecladista y compositor de No te va a gustar, quien perdió la vida en un accidente durante la gira de presentación de su disco “Por lo menos hoy”. En su honor, la banda dedicó “Tan lejos”.

Reanimado el auditorio tras un par de acordes de “Nada para ver”, comenzo la lluvia de “cerveza” y baile sin control. En medio de las sonrisas de los músicos, el público coreaba la voz del trompetista Martín Gil ante la interpretación de “No hay dolor”, mismos coros que dieron paso al tema “Con el viento”.

Continuo a un derroche de energía, tanto del auditorio como de la banda, el concierto terminaba tal como su canción “Fuera de control”, en un baile ahogado en los coros: “Olé, olé olé oléee. No te va a gustar No te va a gustar…” El lugar retumbaba ante la sincronía de las ovaciones a los uruguayos. Las luces escaseaban y el público no paraba de cantar.

Tras varios minutos, la banda regreso al escenario con “Viajando sin espada” y “Solo vino” mismas tema que sirvieron como antesala para el impetuoso cierre con “Pensar”, “Más” y “No era cierto”. Sin más, la noche había llegado a su fin.

Por Daniel Rodriguez

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