En este nuevo disco de Muse predomina un aire apocalíptico en la mayoría de las canciones, y mantienen la fórmula para hacer canciones poderosas, para mover el cráneo con grandes riffs de guitarra.
Con la primera canción “Dead Inside”, Muse describe a la perfección de lo que tratará su disco: temáticas turbias e incluso deprimentes, pero con un pequeño aire de esperanza.
“Psycho” parece un tema sacado de la mente más siniestra y perversa de algún militar maldito, o quizá de algún político con los mismos adjetivos. Un tema que hará retumbar todo aquel recinto en donde sea tocado.
En “Mercy”, la música es la que da un poco de respiro y optimismo.
Con “Reapers” y “The Handler” se mantiene la pesadumbre.
“Defector” es introducida y terminada por partes de un discurso de John F. Kennedy, y en donde la banda busca más la liberación del espíritu. A partir de aquí, es decir, justo a la mitad del disco la temática cambia, ahora destaca la fuerza que tenemos o podemos encontrar para vencer todo tipo de opresión.
“Revolt”, “Aftermath”, “The Globalist” y “Drones”, pertenecen a esta parte esperanzadora del disco. En las ultimas tres piezas, la banda baja el ritmo, convirtiéndolas prácticamente en baladas.
El ultimo tema -“Drones”- destaca por ser una especie de coro clerical, y al mismo tiempo una critica a estos nuevos vehículos aéreos no tripulados.
En conclusión, se trata de un álbum típico de Muse, con buenos temas, perfectos para los grandes recintos que esta banda suele abarrotar.
Por Julio César Gómez