Al norte de la ciudad, allá por Teyahualco estado de México, tierra de la pirotecnia, se llevó a cabo una edición más del Rock Nos Une, con un cartel integrado por nuevas bandas y otras de gran trayectoria, que juntas hicieron una gran fiesta para cerrar el año lleno de música.
Desde el mediodía gente proveniente de los alrededores de Tultepec se dieron cita en el Deportivo de Teyahualco para más de 12 horas de mucho rock. Las primeras en subir al escenario fueron una serie de bandas que traen una gran propuesta y que pretenden ganarse un lugar dentro de la música; bandas como: Fedra, La Frida, Smash-O, Tabaco de Liar, The Orbit Band, Los Dragones, Rojo Paleta, Messiah, Cabaretito Sonoro, Oh que la canción!, Ruta Interior, The Billyz, Gaspar Anzures, Marlish, Los Locos Inocentes, Insesticida y La Fontana fueron los encargados de hacer entrar en ambiente al público. Algunas de las bandas generando buena respuesta con la fanaticada.
Pasaban las horas y caía la tarde, la gente seguía entrando al recinto, dentro del evento, una modalidad que no estamos acostumbrados a ver en los conciertos, fue la que se implementó en el Rock Nos Une; se colocaron juntos 2 escenarios los cuales eran rotativos, así que mientras tocaba una banda en un escenario, en el otro se preparaba a la otra banda; lo cual impedía que existieran tiempos muertos entre una banda y otra. Era una banda tras otra; lo que ocasionó que los asistentes no dejaran de brincar y cantar.
Caía la noche y con ella subían los primeros estelares Los Victorios, que desde el primer aliento cuando sonaron los metales, hizo que la toda la banda se pusiera a bailar a ritmo de “El vino”, “Sol de medianoche”, “Yo estoy bien”, “La caída y la gloria”, “Si tu boquita fuera”. Exactamente no terminaba de sonar aún los últimos sonidos victorios y en el otro escenario ya se escuchaba al Inspector, que también hizo lo propio en el escenario, agradeciendo a sus fans por todo el apoyo y también a las bandas que los acompañaban. Sonaron los clásicos “Y que? ” , “Sin rencor”, El dejado”, “Amnesia”, “Como un sol”, “Osito dormilón”, ”Me estoy enamorando”, en fin, todo el arsenal de éxitos.
Tras una hora de espera finalmente sube al escenario Fobia y suena “2 corazones” para arrancar con lo que sería una gran presentación que más allá de los contratiempos que tuvo la banda, la histeria que provoca Leonardo de Lozanne sigue tan vigente como los primeros años de la banda. Inmediatamente al término de Fobia, al otro lado se escuchaba “Contrabando y Traición” con La Lupita y así, al igual que los anteriores se aventaron un set cargado de lo nuevo y lo viejo de la banda, entre ellas la más coreada “Ja ja ja”.
Con algunas dudas sobre su presentación, suben Los Daniels para continuar con la fiesta, haciendo lo propio en el escenario con rolas clásicas del grupo; “Quisera saber”, “Te puede matar”, “Ya no volveras”, esta última poniendo a saltar a todos y todas sus fans.
La música no paraba, lo siguientes en hacer aparición La Castañeda, con más de 20 años de trayectoria desataron una gran descarga de rock traída desde el manicomio, el momento nostálgico se acercaba, bajan las luces y suena el bajo para dar inicio a “Transfusión”, la cual unió en gran coro a todos los que aún se resistían a pesar del frío que hacía, cerrando broche de oro suena “El Cenit” y bajan entre aplusos del respetable.
Aguantando el frío que azotaba al deportivo de Teyahualco, también con frío sube Jose Fors y compañía para ofrecer las ultimas rolas del festival al público, La Cuca que como siempre son garantía para el cotorreo con peculiares letras y que claro no faltaron “El son del dolor”, ”La Balada”, “Cara de Pizza”.
Era media noche y los encargados de poner punto final a uno de los últimos rock del año, DLD que al paso del tiempo y las dificultades cada vez crecen más como banda, abriendo con “1 de Octubre”, soltaron sin parar “Arsenico”, “Todo cuenta”, “Por Siempre”, “Dixie” y con la participación de Ismel de Los Daniels, que tomó el micrófono para aventarse el clásico palomazo. Al paso de los minutos poco a poco comenzaban a salir los asistentes y le daban final a un Domingo cargado de mucho rock, que esperemos se repita año con año.
Por Rubén Reyes