Con 19 canciones, un encore y el teatro abarrotado, Zurdok no defrauda a sus seguidores, quienes se dieron cita desde temprano. Sin retardo alguno, el show comenzó a las 9 de la noche, una manta cubría el escenario y en ella se proyectaba la imagen de Chetes, David Izquierdo y Maurizio Terracina mientras tocaban De llegar al final, pero no fue hasta Abre los ojos, cuando esa manta cayó y dejó ver a los demás integrantes mientras todo el público que estaba sentado en las butacas, gritó y se levantó. Los fans aplaudían sin parar y aprovechaban los silencios para gritarles a los regios.
El sonido de Zurdok y las luces, daban un aspecto psicodélico que Chetes supo explotar en cada solo de guitarra o cada coro de las canciones y es que dentro de su setlist se abarcaron rolas como Hombre Sintetizador, Estático, Si me hablas al revez, Luna, Azul Oscuro, Amanecer, Si me advertí, Cuantos pasos, Tropece y Gallito inglés. Las proyecciones variaban constantemente haciendo lucir al escenario, Maurizio (con botella en mano) aprovechaba dicho recurso para llamar la atención de sus fans y hacerlos reír y gritar, y es que los integrantes contagiaban su alegría y agradecimiento a la audiencia.
El concierto fue muy íntimo y a pesar de que el teatro es “pequeño” en comparación con el Foro o el Palacio, se vivió una atmósfera melancólica y llena de recuerdos que fueron liberados poco a poco hasta finalizar el concierto. Zurdok, supo utilizar cada recurso que el Teatro Metropólitan les proporcionó, sin embargo, el público fue el causante de hacer de esta noche algo épico.
Por Yuri Nava