Cuando somos espectadores de un arte tan sublime como el cine, llevamos tiempo consumiendo historias para nutrir incluso nuestras propias vidas llenas de realidades; esto puede resultar en una retorica demasiado fanática para quien solo se deleita con el llamado séptimo arte. Y es que en el intento por querer retratar con escritura lo que con imágenes se transforma, resulta difícil ser tan desalmado para desnudar una película, casi emulando a los llamados “críticos” algunas veces tiranos y otras ecuánimes; solo me limitare a dar un punto de vista como alguien que lleva invertido ocio, disfrutando de “pelis” (me caga esa palabra), bienvenidos a mi visión de las cosas.

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Son las  8:45 de la noche saliendo tarde del empleo por editar un vídeo (que casualidad), viernes por la noche y mi abstinencia a borracheras de oficinistas clásicos, me acercan poco a poco a la irremediable resignación de que no pase nada interesante, lejos de llegar a casa y prepararme para alguna actividad, entre las opciones ver una película, me siento muy predecible o muy aburrido (risa). Viajando entre la estaciones de la linea 3 del metro, voy notando cada una de ellas y pensado en lo mucho que guarde mi ansia por ver Suicide Squad ó bueno pues “Escuadrón Suicida”, el tema es que ya era tarde para llegar a una función donde pudieran descargarse todos los días, todas las semanas, todos los meses que fui bombardeado por las expectativas, alimento de la mercadotecnia.

Y claro, era de suponerse un reventar de almas que al igual que la mía, tuvieron la misma brillante idea de asistir al estreno oficial, no obstante que la mala o buena publicidad entre la competencia de complejos de exhibición, fuera un parte aguas para llenos totales. Eso no detuvo este sentir que fue creciendo mientras me acercaba a la estación Zapata misma que llegando a ella y a punto de abrir las puertas tuve que decidir en segundos, si lanzarme o desistir , siento que cuento un episodio de 24 o algún drama con música acelerada para atrapar, pero que decisión no esta reflejada de esta manera (risa), justo cuando comenzaba a sonar el clásico sonido “tuuuuuuuu” para cerrar puertas, salte de mi asiento para bajar inmediatamente al tiempo que cerraban detrás de mi y mi inseparable mochila negra.

Ya estando en camino con toda la firmeza a mi destino, apresure el paso para llegar en el menor tiempo, sacando un cigarro para aminorar la pesadez del andar entre gente que reducía el paso, algunos en su regreso comentaban como un gran altavoz de spoilers, algunas escenas del film, “uuuttaaa madre callense” pensaba dentro de mi, esto me obligo a esquivar a diestra y siniestra para llegar a comprar un boleto, mi boleto que dará satisfacción al placer.

Llegando al lugar checo la hora, 9:20 y las escaleras mecánicas me parecen tan lentas, mientras me inunda un sentimiento de esperanza, ya casi. ya casi, “pinches escaleras apurenseeeee” balbuceo, cuando justo veo la cúspide y mi alegría se convierte en horror al ver una fila tan atascada, atiborrada; noooooooooo mi mente me reclama, pero ni pedo ya estoy aquí, tomo mi turno en la linea y espero paciente, hasta eso avanza rápido, llegado mi turno escucho una voz “pase por favor” que como un faro de luz irradia la caja que me toca, me acerco e inmediatamente me recibe un recital de “bienvenido a bla, bla, bla, bla” que con mi poca atención me remito a solo responder “un boleto para la mas cercana de Escuadron Suicida” el gerente creo que era, empieza a checar en su pantalla y en mi interior imagino un segundero sondando tan demoledor; solo tengo a las 10:45 en sala 4d, patalla imax, sonido xtremo y solo le falto decirme “supermegahipercabronreal”, siento mi semblante alegre desvanecerse, cuando de repente como un milagro se deslizan las palabras mas hermosas a mis oídos “ha, se acaban de liberar lugares para las 9:50 en 3d”, woooootttaaa que gran sensación, pago inmediatamente y voy al siguiente viacrucis, las palomitas y refresco, pero espera, no traigo mas efectivo, en mi meta por entrar a la función me olvide por completo de ese pequeño detalle, saco temeroso mi cartera y hago plegaria “por favor que traiga la tarjeta” (risas), me asomo lentamente a cada compartimento y como atalaya en mi camino, la encuentro “a huevo”.

Ya formado en la dulceria que por cierto también esta llena, la hora de estar ocupando mi asiento se cumple a la mitad de llegar o desistir, me convenzo de perderme los cortos y los malos comerciales que pasan, ademas como disfrutar sin un combo, elemento básico en el cine; hay un wuey, no se si distraído por su corta edad o de plano esta de insoportable, por que no avanza y deja huecos muy grandes en la fila, quise decirle “oye hijin puedes avanzar por que para algunos cada paso es aliento de tiempo mano” pero solo espero que la razón le llegue; mientras voy perdiendo la cordura, noto que ya me arranque todos los padrastros de las manos, pero total, soy el penúltimo y lo voy a lograr; me corresponde caja 3  e inmediatamente y sin dejar que te den la bienvenida y esas ondas, con voz tajante exclamo “palomitas y refresco grandes” con sorpresa la chica todavía me dice “algo mas” y un rotundo “no” explota en mi boca, ahora mientras espero, voy buscando con la mirada una charolita pero veo que ya están ocupadas, ni modo, me entregan mis antojos y presuroso me dirijo a la sala 6.

La escena me parece muy simpática, un tipo con una mochila, refresco, palomitas y hasta un recipiente de esos pequeños para la salsa, sin olvidar las servilletas, esta en la entrada buscando un boleto para darle el ingreso, el cual estúpidamente lo guardó en el bolsillo interior de su chamarra, muy mala idea; haciendo malabares logro entregar el ticket rugoso y manchado de salsa, cuando acceso, estaba por comenzar la película, en la oscuridad tengo que checar mi asiento y es un F-16, comienzo a buscar y solo alcanzo a observar la fila “F”, ahora el numero, doy con mi lugar y pidiendo permiso lo ocupo (me sacan ronchas los que se cruzan en la pantalla) y ahora mi turno ser el malestar.

Ya acomodado entrego toda mi emoción y a manera personal puedo decir que es una película con argumentos ligeros para personajes con cargas de protagonismos muy específicos, ya sea por el nombre de actores de peso, moda ó belleza, pero rescatable en contexto cinematográfico, historia que seguramente nos dará secuelas mas interesantes con efectos mejor trabajados; anti héroes mas viscerales crea realismo en el consumidor y que se apega de mejor manera a la ficción del cómic, podremos concluir que es una entrega que satisface de mediana manera la forma como la vendieron, aunque siempre sera un buen intento y una visión diferente que se agradece para esperar lo que venga.

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